-Esperé todo el día mi felicitación por este día, pero aún no somos amigos, ¿verdad?
La respuesta fue el silencio, quizá asentía, pero de igual modo podría haber negado o esquivado aquella duda.
Luego ella dejó de meditar y espetó nuevamente:
-¿Crees que pronto lo seremos?
El cuestionamiento más bien parecía ruego y sin embargo, de nuevo el silencio fue su respuesta...