miércoles, 23 de junio de 2010

Mary

Mary era una joven con un gran temor a las cucarachas, pero ella misma se convencía de ser valiente al ver una. Cosa que casi nunca funcionó.
Mary daba clases en un Kinder y pensaba para si "Debo ser valiente para darle un ejemplo a los niños". Pero en época de calor sufria, esos pequeños insecto desfilaban por los corredores, el patio, las ventana y algunas veces las azoteas.
Mary odiaba las cucarachas, pero odiaba más verlas volar.
Todo el mundo sabía sobre el tema de Mary y procuraban mantenerla alejada de un episodio. Mas bien lo hacán por ellos, nadie soportaba a Mary después de ver un animalito de esos.
No es que a Mary no le preocupara la situación, ya lo había intentado casi todo, enfrentar sus miedos, tomar sesiones de hipnosis, mantenerse en paz con sus rivales naturales, pero nada funcionó.
Así que decidió que sería mejor evitar encontrarse con alguna cucaracha. Era una especie de pacto que planeaba cumplir al pie de la letra.
Pero las cucarachas son traicioneras. O eso pensaba Mary "Seguramente en algún momento decidirán atacarme, espero estar preparada para todo"
Mary era una chica muy aseada y un día mientras se bañaba sucedió lo peor. Desgraciadamente para Mary ese día la toalla se quedó colgada en el perchero exterior. Y mientras trataba de enjuagarse la vio. Era una cucaracha que la veía con un maliciosa mirada. Mary trató de ignorar su presencia, pero como siempre y con cada cosa que intentaba, no funcionó.
La cucaracha la asechaba, la hizo subir a la taza de baño, la hizo rodear el perímetro del baño, ni las amenazas de Mary sirvieron cuando la cucaracha decidió atacar de frente, y Mary en su desesperación salió del baño sin nada que la cubriera.
Olvidé mencionar que Mary tenía mala suerte también y ese día en su casa había reunión familiar. Sus tíos , primos y demás parientes conocieron al fin su más escondido lunar.

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...y entonces le dijo: