domingo, 22 de febrero de 2009

A El Lado Vivo De Mi Corazón

Me cautivó con unas cervezas y algunos poemas de Mario Benedetti.   En el bar no todo el que se acerca tiene buen tino,  y él no buscaba ni belleza, inteligencia, elegancia u otra cosa, deseaba encontrar a la que supiera volar.

Tan metido estaba en su búsqueda, que no se dio cuenta que me encontró a mí, a la única persona en este mundo a la que no le importa levantar el vuelo, que no quiere verse aferrada a un sueño y que con sus manos ha destruido una a una todas sus ilusiones. Y me intentó rescatar.

Qué esperas de mí, si trabajo de nueve a seis todos los días, y los domingos un poco más, si por día tal vez tengo dos o tres clientes que me dejan las pocas esperanzas rotas en pequeños trozos que  mis manos ya se cansaron de recoger, ya no tengo con qué pegar mis anhelos.

Qué ganabas con hacerme volar, si al final el aterrizaje dolería más, sí me quieres pero no lo puedes demostrar. No puedo abandonar mi mundo e irme a seguir tus sueños. ¿Qué tal si un día despiertas y te das cuenta de que te has equivocado?, y que con la puta que estas ahora no es con la que quieres seguir mañana.

Sí venías buscando a la niña que quedó dentro de mí, te aviso que esta a punto de morir de frío, y aunque la trates de reanimar con tu calor sé que ella no lucha por vivir. Porque prefiere ver muerta su inocencia antes de seguir esperando a tipos como tú, que se creen héroes y resultan ser los más cobardes. Porque cuando se dan cuenta que se han equivocado se arrastran lejos dejando marcado el camino que no se debe seguir para buscarles.

No pienses en insistir, si de verdad quieres salvarme déjame en este lugar...

Inspirada en: El Lado Oscuro Del Corazón, Eliseo Subiela (1992)

1 comentario:

  1. No se trata de salvarte a ti. A caso eres tan egoísta que no te das cuenta que quien necesita ser salvado soy yo.
    ¡Enséñame a volar!
    Atte. zafaesp@gmail.com

    ResponderEliminar

...y entonces le dijo: